Todas las parejas tienen altibajos. No es tanto una ley
natural como una realidad inevitable. Cualquier forma de convivencia está
sujeta a las imperfecciones de sus partícipes, a los roces y los desacuerdos, y
en la unión de dos independencias suelen tropezar los egos.
Profunda y auténtica reflexión. Para convivir es necesario ceder algo ambos. Pero ceder no equivale a sucumbir, naturalmente.
ResponderEliminarBuen verano
Pues sí, pero lo que dice Juan Carlos es cierto<. debe haber un ten con ten. Lamentablemente siempre uno da más que otro. Besos.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo y con Juan Carlos. Ay, si todo fuera sencillo... Biquiños!
ResponderEliminarUna verdad como un templo. Pero lo peor no son los altibajos, los roces o los desacuerdos, lo peor es que no estemos dispuestos a ceder nunca cuando se producen. Abrazos.
ResponderEliminarNo, no equivale a sucumbir, Juan Carlos. Por eso me refiero a la unión de dos independencias y los tropezones de los egos. Cuando hay dependencia, ay, es otra historia...
ResponderEliminarNo sé si siempre hay uno que da más que el otro, Lady Aliena. ¿Aquello de que hay uno que es amante y otro que es amado? ¿O es una cuestión de coacción o manipulación emocional? En las relaciones de pareja cabe tanto...
Ay, si no complicáramos las cosas más de lo necesario, Cris. Si no fuéramos tan retorcidos, disfrutaríamos más de todo.
Tampoco es que sea una verdad monolítica pero, sí, Marisa, no saber o querer ceder es un gran lastre.
Gracias por vuestra visita ;)