Esta
última semana navegué a través de una galerna y la pelea con foques y jarcias,
en medio del aire tempestuoso, me mantuvo alejada del diario de bitácora. Esta
es la narración de la pasada etapa.
El
trayecto me llevaba a través de un libro prestado, un libro sobre mujeres y
escrito por mujeres, que explora la feminidad en diferentes momentos de la
vida. De forma caprichosa, empecé por la mitad para reunirme con Carme Riera
contando un embarazo… y me quedé perpleja. Ay. Si bien era un relato en tanto
relataba un hecho, no era un cuento en absoluto. Bajo el subtítulo “Fragmentos
de un diario de embarazo”, que no mentía, se encontraba la pequeña trampa: era
un extracto de “Tiempo de espera”, narración que, con forma de diario de
embarazo (completo) aúna lo cotidiano y lo poético, la intimidad del hecho de
la gestación y la amplitud de la condición femenina. Lo reconocí en la primera
frase porque ya había leído esta obra de Riera, hermosa en su peculiaridad.
Tras este
pequeño chasco, retrocedí algunas páginas para leer otro cuento, esta vez un
verdadero cuento:
VERANO. Marta Rivera de la Cruz.
Ese
frágil momento del fin de la infancia, esa edad construida con temores sin
nombre y anhelos que no se reconocen. Sin estridencias, la autora atrapa ese
momento cambiante para llevarnos de la mano temblorosa de una niña que quiere
dejar de serlo. No hay ambigüedad que valga: lúcida, nos sienta ante el momento
de revelación. La acompañamos, y recordamos. Al fin y al cabo, la infancia es
la patria de todos.
“El
cuerpo embarazado”, de Carme Riera, y “Verano”, de Marta Rivera de la Cruz, pertenecen
a la antología de relatos sobre la naturaleza femenina “Las vidas de Eva” (Ediciones Destino, 2007).
Me apunto el libro :)
ResponderEliminarBesinos!
No me sonaba de nada, pero parece tener buena pinta. Un beso.
ResponderEliminarNo conocía el libro de Riera que comentas, pero me lo apunto. El tema me interesa mucho.
ResponderEliminarBesos
En esta etapa lectora tan complicada que tengo sí que he leído muchísima poesía. No sé la razón, pero ahora pienso que podría haber tirado también de cuentos y relatos. Da igual. No me llevo bien con Marta Rivera de la Cruz... y sigo teniendo ese obstáculo de simpatía/antipatía para elegir lecturas. Pero quién sabe...
ResponderEliminarUn abrazo
Ginger: Qué rapidez en apuntar, si apenas he hablado de dos de los relatos...
ResponderEliminarLady Aliena: Está bien... solamente bien.
Questasleyendo: Sí, creo que a ti te gustaría. Es de la editorial Lumen, para más señas.
Ana: Te comprendo, también yo me encuentro con ese obstáculo de la empatía, pero a veces consigo superarlo. A veces.
Besucos.
Me ha parecido interesante ese apunte que haces sobre lo que es o no es un relato. A veces pasa por relato lo que en realidad es una reflexión, un recuerdo, etc.
ResponderEliminarSaludos :)
En este caso creo que siento más llamada por Verano, pese a no ser mi estación, últimamente estoy asistiendo mucho parto lector y necesito romper un poco de aguas, jajaja. Un placer seguir tu ruta, como siempre.
ResponderEliminarBesos
Gracias por esas pinceladas, tan precisas sobre lo que has leído, tan tuyas. No son temas que me llamen mucho, la verdad, pero siempre es bueno saber de lo que se escribe en forma de relato, aunque luego no lo sean tanto. Abrazos.
ResponderEliminarÁngeles: El apunte se refería a este no-cuento, en realidad, por el hecho de ser un pequeño fragmento de una obra más larga, lo cual se me hace engañoso para el lector. Una reflexión, un recuerdo o un sentimiento pueden hacer un relato, aunque no lo sean en sí mismos. Un recorte es sólo un fingimiento, aunque se deje pasar tantas veces, como tantos fingimientos. Es tanto lo que se finge que llegamos a olvidar lo real. Y ya me he desfogado, ja, ja.
ResponderEliminarMarilú: Tiene su punto, este "Verano", aunque no sea el mejor cuento del mundo. Pero se ha tratado este tema tantas veces que tiene un algo de ya leído. Lo del parto lector... en fin, ese otro al que te refieres lo estoy dejando para más adelante.
Marisa: Si no te llaman, puedes dejarlos: son prescindibles. Como relatos. El libro de Riera sí merece la pena por todo lo que pasa por sus páginas, en tanto reflexiona sobre la condición y la situación femenina. Ese sí lo atesoro.
Gracias por pasaros y conversar. Besucos.