En el principio, había un libro. Había varios libros,
de hecho, pero uno en concreto se llevó el papel principal cuando todo comenzó.
Sin ser el primero ni el último de la fila, como esa actriz que aguarda entre
otras tantas que llegue su turno en una audición y recibe la sonrisa de la
suerte al subir al escenario, tuvo el don de la oportunidad.
El mejor momento de la jornada era la media hora del
café, ese café donde disolvían las risas y lágrimas que intercambiaban porque,
además de compañeras de trabajo, eran amigas. Compartían también la afición por
la lectura y, mientras los libros pasaban de mano en mano, los comentarios
cruzaban las sobremesas. Ante un pincho de tortilla y con la recomendación de
una historia, el estrés se llevaba mejor. Quién, cuándo, cómo; las lecturas se
acumulaban y empezaron a organizarlas por escrito, correos electrónicos y hojas
de Excel llenos con sus impresiones a modo de referencia en un instante, a un
golpe de dedo, a veces compulsivo. Entre bastidores, recurrente, una adicta a
respirar el aliento de las letras.
No hubo ceremonia de apertura ni ritual de iniciación,
pero sí una especie de bautismo accidental debido a la aparición del oportuno
libro, que llegó como tantos otros, tras una razzia por impulso entre los estantes de una librería. Era “La
sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey”. Ya que no
vivían en la isla de Guernsey y tampoco preparaban pastel de piel de patata por
la escasez de la posguerra, tuvieron que adaptar el nombre para amoldarlo a ellas.
Las trufas de avellana que adornaban algunas celebraciones, cuya receta
hereditaria guardaba celosamente la cocinillas del lugar, terminaron de
vestirlo.
De esto hace ya tres o cuatro años. El tiempo no
importa tanto como todo lo que ha ocurrido entre tanto. Alguna marcha y varios
cambios, viejas costumbres recobradas, muchos sueños sobre el mantel. El
traslado de las lecturas comentadas a un espacio más allá de las palabras
alrededor de la mesa, a ese mundo paralelo que es internet. Nuevas aventuras
para una letraherida. Avances y retrocesos. Muchos cafés de terapia. Y siempre,
siempre, las sonrisas que no fallan.
Gracias a
todas las componentes de la sociedad literaria, que ya echan en falta una nueva
entrega de esas trufas de avellana. A ver si vuelven pronto.
Nota bibliográfica:
"La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey".
Mary Ann Shaffer y Annie Barrows.
RBA Libros, 2009.
Título original: "The Guernsey Literary and Potato Peel Society" (2008)
Traducción de Sandra Campos
Una de mis fantasías literarias, creo que la segunda en el escalafón de fantasías literarias, detrás del enamoramiento en la biblioteca (¿quién no?) es el de tener una sociedad literaria, un grupo de amigas con las que compartir cafés y pasteles y bombones. Por desgracia, con mi entorno "físico" no es posible, pero oye, para éso están ustedes ¿no? :P
ResponderEliminarBesos.
¿Enamoramiento en la biblioteca, Mara? ¿Del bibliotecario? Uy, tienes que dar más datos de esa fantasía, no puedes dejarlo a medias.
EliminarEl grupo es estupendo, te lo puedo asegurar, aunque no estrictamente un club literario. Sólo un grupo de amigas que comparten el gusto por leer, aunque no siempre son los mismos libros, y comentar.
Besucos.
Estas trufas son de muerte. Puede haber algo mejor que leer y comer chocolate? Besos
ResponderEliminarNo te imaginas lo buenas que están: chocolate negro y avellana, un sabor intensísimo, un toque crocante... y una receta casi secreta, ja, ja. En cierta ocasión, un compañero dijo: "Los [conocida marca de bombones], a su lado, unos aprendices". No digo más.
EliminarBesucos.
Qué bonito tener unas amigas "literatas", me has dado mucha envidia, poder hablar de libros a la hora del café en vez de los cotilleos y críticas típicas del trabajo que hacen que vuelvas más estresado de desayunar, que llegaste.
ResponderEliminarEl libro es realmente bonito, lo leí hace unos meses y francamente, no pensé que me fuera a gustar tanto, pero así fue.
Uy, loque, no somos "literatas", sólo aficionadas a la lectura... e, incluso eso, tiene temporadas. Hay hijos, padres, estudios, compromisos y horarios. Y jefes y compañeros también, no creas que en esos cafés terapia no hay desahogos laborales. Pero lo que nunca se pierde es el humor.
EliminarEl libro fue un bocado de lo más sabroso.
Besucos.
Apunto lo que Mara, yo os tengo a todos vosotros :) Biquiños!
ResponderEliminarA lo grande. Una sociedad con más brazos que un pulpo gallego ;.)
EliminarBesucos.
Me has inspirado con tu entrada. En el club de lectura en el que participo, lo más que tomamos son caramelos, pero voy a proponer que tomemos bombones y café, que resulta mucho más literario y mucho más elegante, dónde va a parar. Pero ya verás cómo no me hacen caso. Porque no somos solo chicas, je,je.
ResponderEliminarAh, y me encanta el azul que domina todo esto, por cierto.
Un abrazo.
Ja, ja, golosas al poder :-D. Y lo del café puede tener sus dificultades, no sabes las que liamos nosotras: dos con desnatada y uno de ellos corto, tres con leche normal, uno de ellos largo, otro con soja, un té con leche y otro con limón... ah, y sacarina, ¿y no tienes azúcar morena? ¿Y miel? Un desmadre, Ángeles.
EliminarGracias. Me encanta el color azul y cuando me puse a simplificar tuvo que salir a relucir.
Besucos.
No sé si tengo vida tan larga para tantas lecturas... (se amontonan las propuestas y el querer salvar todos los libros que me gustan del rincón de la espera). Lo haré, leeré los que he encontrado más interesantes. No importa que sean muchos, hace tiempo ya que dedico mi vida a esto; aunque, a decir verdad, no siempre puedo leer lo que quiero (los estudios absorben mucho tiempo y aunque aprendes cosas muy interesantes, no has escogido las lecturas... Bueno, qué te voy a contar al respecto que no sepas...) Dicho lo cual, intentaré acercarme a este libro, por curiosidad, más que nada. Lo que me ha gustado de veras ha sido tu entrada, parecía el comienzo de un libro. Ha sido genial. Gracias. Un saludo.
ResponderEliminarNecesitaríamos reencarnarnos varias veces para leer lo que queremos... y ni así, porque seguirían publicándose libros interesantes que alargarían la lista (o eso espero).
EliminarAsí que te ha parecido el comienzo de una historia... je, je. Bien. Me alegra que te haya gustado.
Besucos.
Yo ahora ya no tengo club de lectura. Sus miembros viven desperdigados por varios países del mundo. Pero lo hubo... Y era genial...
ResponderEliminar¡Cuánto cappuccino compartido y cuántas risas!
Besinos
Todo cambia, evoluciona. Las lecturas que unen están bien, pero al final quedan las relaciones, la conexión. Si ésta dura, es lo mejor de todo.
EliminarBesucos.
¡Qué bonita entrada! Hasta aquí llegó el sabor maravilloso de las trufas de avellana, los comentarios compartidos de gentes bien avenidas y el goce por la lectura de un libro tan interesante como "La sociedad literaria y el pastel de `piel de patata de Guernsey". Es un estupendo principio para un grupo formado por forofos a los libros.
ResponderEliminarDisfrútenlo por largo tiempo.
Lo disfrutamos, Jane, y mucho. No siempre con los libros de por medio, pero tenemos la suerte de que no sólo las lecturas nos unen. Hemos pasado mucho juntas y aún nos queda mucho por pasar. Y las trufas... están de vicio, te lo aseguro.
EliminarBesucos.
Me gusta mucho tu entrada, también tengo envidia sana por poder hablar sobre libros y vuestras lecturas ;) Como han dicho antes me alegro de poder leernos desde la distancia.
ResponderEliminarBesos!
No es sólo de libros. De hecho, últimamente han quedado un poquito relegados ante temas más urgentes. Eso es lo bueno del grupo: todo cabe.
EliminarUn besazo.
Ay, ese libro me robó el corazón. Fue el único de su autora, que ya murió. Además lo escribió después de compartir mucho tiempo con sus colegas de grupo de lectura, y creo que eso todavía lo hace más especial. No sé si comían trufas de avellana, pero estoy segura de que le hubiese encantado :-) Bss
ResponderEliminarMe gusta pensar en pasteles de manzana, no sé por qué... quizá porque son mis favoritos, je, je. Fue un descubrimiento estupendo.
EliminarBesucos.
Qué bien poder cambiar la piel de patata por el chocolate y mantener el espíritu de la sociedad. Hay libros que se recuerdan con una sonrisa, este es uno de esos.
ResponderEliminarLlevo tanto retraso que no había visto tu nuevo look. Me gusta, tan limpio y tan cálido. Besos!
Mejor que bueno cuando la compañía es maravillosa.
EliminarMe alegra que te guste el look. En realidad es nuevecito. Mi eterna búsqueda del yo a través de cualquier cosa, je.
Besucos.
Ay, Zazou, que te imagino con un cafetito entre las manos, rodeada de amigas y cotorreando sobre lecturas... y me están dando unas ganas de salir corriendo a buscaros. Qué escena tan bonita me estoy imaginando. Abrazos.
ResponderEliminarAsí mismo: cotorreando. Que a veces tenemos que pedirnos la vez, ja, ja, ja. Serías bienvenida, no lo dudes.
EliminarBesucos.
Qué maravilla, me encanta, yo soy miembro de lo que llamamos un triunvirato literario y entiendo a la perfección el concepto café terapia, me gusta vuestro nombre, su motivo, ya me he hecho hasta imagen pero eso es por lo bien que has sabido transmitirlo.
ResponderEliminarBesos a esta estupenda sociedad
Da gusto reunirse con buena gente, en buenas ocasiones y tener buenas charlas, ¿verdad?
EliminarBesos recibidos y envío otros de vuelta.
Por fin me entero de qué va eso de La Sociedad Literaria de las Trufas de Avellana. Sois geniales, hasta con el nombre. Es que me encanta. Cuando lo leí, me sonó a “La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey” y ahora veo que no iba desencaminada. Por cierto, me gusto mucho ese libro.
ResponderEliminarYo sigo pidiendo: ahora que nos has contado el nacimiento, ¿por qué no nos relatas historias de vuestro club de lectura? ¿Qué leeis, cómo lo comentáis, cómo elegis las lecturas? A ver, los estatutos. Quiero conocerlos ;-)
Un saludo. Me ha encantado esta entrada.
Como diría mi padre, "¡parece que te ha hecho la boca un fraile!", ja, ja. Echaré mano de un aura misteriosa y dejaré que imagines, que resulta mucho más sugerente.
EliminarBesucos y gracias.
No he leído el libro. No me preguntes por qué. Lleva apuntado desde... desde.... Desde.
ResponderEliminarBesines,
Bueno, no es imprescindible... sólo recomendable. Pero hay tantos, ¿verdad?
EliminarBesucos.