Cuando éramos pequeños, la mayoría de los cuentos que nos
gustaba escuchar antes de dormir (o a cualquier hora del día, en realidad) comenzaban
con aquel clásico «Érase
una vez…» que nos
aguzaba el oído y creaba expectación. Nos arrellanábamos en el sitio (cama,
sofá o alfombra) y abríamos los ojos como si no tuviéramos párpados, en un
gesto que parecía ampliar la capacidad de absorción de la historia, porque
aquellas historias no solo se escuchaban, sino que se absorbían, se sentían, se
vivían.
Durante la infancia, me contaron decenas de cuentos y yo me
dediqué a leer otros tantos (o, probablemente, más). Luego, a medida que fueron
llegando otros niños a mi entorno, empecé a ser yo quien contaba los cuentos
para entretenerlos. Esa “Reina de las nieves” imponente que siempre me fascinó,
la tradicional “Bella Durmiente” acosada por su suegra-ogra, aquellos hermanos
cisnes que me iniciaron en los mitos celtas, relatos homéricos o de “Las mil y
una noches” un tanto reajustados y cualquier otro que me gustara, adaptado la
audiencia del momento. A veces, incluso, me atrevía a inventármelos. Y a lo
largo de estos años he intentado mantener vivas todas esas antiguas historias,
y otras que no lo son tanto, en los niños que me han acompañado.
Al crecer y hacernos adultos (me abstendré de emplear el
término «madurar», porque muchos de
nosotros quedaríamos excluidos), esos cuentos van cambiando en la forma y, solo
en cierto modo, en el contenido. Y si digo «en
cierto modo» es
porque los temas ancestrales no han cambiado tanto; son los usos y costumbres,
la superficie expresa, lo que se ha visto transformado por el paso del tiempo,
mientras que ese fondo que habla del amor y la muerte, de las inquietudes que
mueven al ser humano, por más que se recubran de símbolos, permanece. Hoy, sin
embargo, ya no nos los cuentan al calor de la lumbre (o más bien del radiador):
los leemos nosotros.
Me voy a permitir la licencia, ahora, de retomar esa buena
costumbre narradora y, aunque no podáis oírme ni verme interpretar las escenas,
os voy a contar un cuento que habla de
cuentos:
Érase una vez, hace no mucho tiempo, en una brumosa tierra
virtual cuyas fronteras se pierden junto a un horizonte difícil de alcanzar,
una alquimista de palabras que un día decidió invitar a un acto de creación a
varios compañeros del gremio. Reunió a diez invitados: nueve, además de ella,
crearían una historia y un décimo presentaría el resultado final. Tras un
verano de verter ideas y palabras en sus crisoles y retortas, se grabaron las
frases destiladas. La alquimista anfitriona, ayudada por los compañeros más
expertos, modeló el recipiente que las contendría y, llegado el momento,
traspasadas las puertas del otoño, salieron del laboratorio para dar a conocer
la obra final.
En este cuento hay once
cuentos y, en cada uno de ellos, hay una
librería, uno de esos pequeños paraísos para los amantes de los libros, que
albergan tantas historias por conocer. Y su título es:
LA LIBRERÍA A LA VUELTA DE LA ESQUINA.
«Diez autores y once
relatos rinden un espléndido homenaje a librerías, libreros, libros y lectores.
Policíacas, misteriosas, románticas, fantásticas, realistas... historias
extraordinarias con el protagonismo indiscutible de una librería siempre única,
como la imaginación de quien la describe y la habita, de quien la dota de
personajes y llena sus estantes de libros raros y maravillosos para que el
lector se pasee por entre sus prometedores estantes. Por estas páginas
transitan encantadoras investigadoras, clásicos que cobran vida, libreros
excéntricos, herencias librescas, detectives suspicaces, acertijos de siglos
pasados, palabras mágicas que conjuran hechizos olvidados, James Joyce,
Hemingway, una dragona y hasta el mismísimo señor de las tinieblas.
Entra, lector, ponte
cómodo y respira sin prisas el aroma de la literatura bajo el tenue polvo de sus
estantes. Traspasa el umbral de estas librerías, eres más que bienvenido.»
Prologado por MientrasLeo, editora del prestigioso blog
Entre montones de libros, y con diseño de portada de Javier Morán Pérez
“Mork”, es fruto de una feliz iniciativa de la escritora MónicaGutiérrez Artero.
Estas son las piezas que lo componen:
La típica librería - Belén Barroso
Estas son las piezas que lo componen:
La típica librería - Belén Barroso
Un cadáver en la librería - Ana Bolox
El colmado de papel - Javier de Ríos
Ítaca / La maleta - Alejandro Gamero
Nicte - Rebeca C. Garin
La desaparición del
librero de la luna - Ana González Duque
El té de los viernes en
Moonlight Books - Mónica Gutiérrez Artero
Satán en una pequeña librería
- Aránzazu Mantilla
El sueño de Camelia
- Desirée Ruiz
La puerta - JAP Vidal
La puerta - JAP Vidal
En edición digital por ahora, y con un precio especial de lanzamiento,
próximamente estará también disponible en papel.
próximamente estará también disponible en papel.
Solo
me queda decir: muchas gracias, Mónica, por la propuesta,
y a los participantes -Belén, Ana B., Alejandro, Rebeca, Desirée, José- por el entusiasmo,
en especial a Ana G. y Javi, guías más que espirituales.
Seguiremos informando…
y contando. Que no nos falten los cuentos.
¿Y a vosotros os
gustan los cuentos?
¿Y las librerías?
Me encanta esta entrada, sigue contándome más cuentos, por favor, aunque este va a ser mi preferido durante muuuuucho tiempo ¿Quién puede resistirse a un cuento sobre una librería? ¿Y a once?
ResponderEliminarMuchas gracias por haberme dicho que sí un día, tu cuento es realmente genial y trabajar contigo (con todo el grupo) ha sido divertido y enriquecedor. Un besazo y... ¡hasta la próxima!
Me ha encantado la entrada porque no me esperaba para nada esto. Ya lo tengo, y me ofenderías si dudades de si lo voy a reseñar o no en mi blog. Me ha encantado encontrarme con esta sorpresa precisamente hoy, qué regalo de cumpleaños más bonito. Biquiños!
ResponderEliminarHala qué guay no????
ResponderEliminarMe parece una chulada la idea.
Besos.
Me he enterado hace nada de esto en el blog de Mónica. y me ha encantado encontrarme con esta sorpresa que habéis orquestado.
ResponderEliminarbsos!
Lo acabo de descubrir en el blog de Mónica y ya lo tengo en mi kindle. Qué ganas.
ResponderEliminarBesos.
Es un placer leerte. Siempre. Y más tenerte como compañera de letras. Mil gracias a ti por esconderte en el baño para responder nuestros mensajes XD
ResponderEliminarTengo unas ganas enormes de tener el libro en las manos. Mientras tanto, me lo descargaré para acallar las maguas ("magua" es un canarismo = desconsuelo, añoranza...). Ya me dijo Ana que se lo zampó anoche entero. Ya te lo comentaré.
ResponderEliminarUn beso.
Qué alegría de propuesta! Como siempre se me acumulan las lecturas, pero acabo de hacerme con el que encabezará la lista. Un abrazo
ResponderEliminarMe encanta cómo lo cuentas, y también la propuesta. Eso sí te digo: me espero al papel, definitivamente no puedo con las lecturas digitales, y mira que se acomodan más a llevarlo arriba y abajo y a la vista y a todo, peeeero...
ResponderEliminarUn abrazo
Mónica: Contar, cuento mucho... lo difícil es que me calle ;-) Ha sido una experiencia de lo más divertida y enriquecedora. Y además me ha servido para cambiar de registro, lo cual se agradece.
ResponderEliminarCris: ¿Dudar de ti? ¡Nunca! Y felicidades de nuevo, ya que estamos. Espero que el libro te haga pasar un buen rato.
Buscando: Eso díselo a Mónica, que fue la artífica y a quien se le debe que estas once librerías hayan visto la luz.
Rossy: Sigilosos como la luna escondida tras las nubes hemos ido preparándolo, ja, ja. A ver qué os parece el resultado.
Mara: Qué rápidas sois, madre mía. Ahora toca el nervio esperando vuestra opinión XD
Ana G.: Gracias, el placer ha sido mío por compartir esta aventura. ¡Y ahora todo el mundo va a saber para qué me escondo en el baño del trabajo, ja ja ja! Al final conseguiré apuntarme al curso de tartas de manzanas, ¿qué te parece?
Jane: Uy, uy, con lo que respeto tu opinión, a ver si ahora puedo dormir XD Tu impaciencia es todo un halago.
Marga: Y me alegra que te alegre, y me alegrará mucho más si te gusta. Ya nos contarás.
Ana B.: Gracias por tus palabras. Te comprendo, el placer del papel (sobre todo en determinados libros) es único.
Sois un encanto, niñas todas. Muchos besucos.
A tu gentileza me permito corresponder con un cuento mío que no hace falta comprar en librerías y que, si quieres y te apetece, puedes leer aquí:
ResponderEliminarhttp://sorozs.blogspot.com.es/2015/08/historia-del-matacan-primera-parte.html
Son unos pocos capítulos, éste es sólo el primero, si te interesa puedes seguir con los demás.
Un saludo.
Qué verbo tienes, malandrina, no sé si leerme tu cuento, porque se me van a quitar las ganas de seguir escribiendo yo (en comparanza).
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