Más vale poco y bueno que mucho y malo o eso suele decirse.
Sea como sea, este pasado mes he cumplido con la máxima en lo que a lecturas se
refiere, lo cual resulta de lo más satisfactorio. He desempolvado un libro que
ya era tiempo de leer, he descubierto otro de lo más delicioso (gracias, Mónica
Serendipia), me he reencontrado con dos escritores que ya me habían gustado y
ahora me han terminado de enamorar y he regresado a uno de mis libros “indelebles”,
de esos que me marcaron para siempre (ExLibris, de Anne Fadiman, que ya comenté).
Estas han sido mis impresiones:
Hacía tiempo que no deambulaba por países imaginarios y, al
iniciar este viaje, me di cuenta de que los echaba de menos, por eso recorrer esta
Tierra Límite llena de magia y encanto me ha resultado de lo más gratificante. La
creación de un nuevo mundo puede ser frágil como la cáscara de huevo, pero este
ha eclosionado con éxito.
Capacidad inventiva, lenguaje preciso y ritmo fluido
discurren como la corriente de un río que no cesa, sin remolinos que lo estorben
ni fallas que sobresalten, para traernos una leyenda poblada por personajes que
trascienden lo mágico para mostrar su lado más humano, con sus virtudes y sus debilidades,
héroes de carne y hueso con los que es más fácil tratar. Una leyenda en la que,
desprendiéndose de la vestidura mágica, se puede encontrar lo real.
Para maridar con:
quienes se complacen en aventurarse dentro de los sueños y volar.
Un huérfano millonario, una niña incomprendida, un tutor
malvado, un amor imposible y un puma asesino en una isla canadiense alejada de
la civilización. Podría decirse que la tragedia está en la mesa pero no es así,
porque esto es una vuelta de tuerca sobre las novelas góticas con un resultado
tan hilarante como oscuramente encantador, una pieza de caza mayor sin duda.
El crudo fondo de la trama y los personajes queda envuelto
por el velo de lo sarcástico, en la mejor tradición del humor negro y la ironía
de herencia británica, sin perder los diferentes matices que se combinan en una
historia en la que cada sucesiva truculencia arranca, como mínimo, una sonrisa.
No se puede perder ni una sola línea: las puntadas incisivas surgen una tras
otra de tal modo que se van haciendo desear. La originalidad está servida. La
más divertida perversidad, también.
Para maridar con:
amantes del humor feroz, de las sonrisas maliciosas y, por encima de todo, de
las buenas historias.
Lugar de partida: la vejez y la muerte. Son la piedra que,
arrojada a las aguas de la existencia, origina una serie de círculos concéntricos.
El punto de fuga. Porque el tiempo no es lineal sino espiral: se mueve
alrededor para rozarnos con la memoria, incluso la que no recordábamos tener,
mientras nos arrastra hacia lo inevitable. Entre medias, lo que la vida hizo de
nosotros, lo que nosotros hicimos con ella.
Una prosa sugerente y llena de la agudeza más sutil, cuidada
como el trabajo de una dama en su jardín, recorre esta indagación sobre la
identidad y la reconstrucción del yo, sin ahorrar en pinceladas críticas hacia
las convenciones sociales y el papel de la mujer en una sociedad que nos parece
lejana pero, la verdad, no lo es tanto.
Para maridar con:
paladares exquisitos, incluso exigentes, que se quieran deleitar sin
despeinarse.
Este es uno de esos libros de los que, una vez cerrados, te
cuesta desprenderte durante un rato bien largo. Como de la sonrisa extasiada
que te deja. Uno de esos que te admiran por lo fácil que hacen parecer lo
difícil y podrías volver a empezar, solo por recrearte otro poco, porque más
allá de lo contado está la forma de contar.
La pluralidad en el espacio y el tiempo. La perspectiva o,
mejor dicho, las perspectivas y todas sus voces, cada una diferente y llena de
vida propia. La definición de los personajes a través de otras miradas. La
verdad y la mentira entretejidas. La exactitud en la expresión y la
expresividad en las escenas. La ironía continuada, mano a mano con la tensión
narrativa. La intriga, la fuerza, el crescendo.
La emoción. Todo en una sola pieza, como un cristal facetado y pulido
reflejando el brillo del sol.
Para maridar con: lectores
sin fronteras, almas juguetonas y otros seres inquietos.
Nota:
Además de leer sus libros, este mes tuve el placer de asistir
a las presentaciones que de ellos hicieron Ana González Duque y José C. Vales, tan
divertidas y llenas de encanto como son ellos. Espero poder repetir la
experiencia.
Me apetece el libro de Vita Sackville-West. ¡Qué personaje!
ResponderEliminarbesos
Creo que esta es mi entrada de "notas de cata" preferida en la historia de tu blog :-))) No podría ser de otra manera. Ya sabes lo mucho que disfruté con "Matemos al tío" (me alegro de que te haya gustado tantísimo, sabía que era una apuesta segura contigo) y el cariño que le tengo a Ana González Duque. Pero es que además, para remate, nos hablas de "Cabaret Biarritz" de José C. Vales, uno de mis autores contemporáneos preferidos del mundo mundial. Pues eso, insuperable.
ResponderEliminarUn besazo.
También yo tengo ganas de entrar en un mundo fantástico .
ResponderEliminarQué pintaza tienen todos!!
ResponderEliminarBesinos
Toda pasión apagada, me puede gustar. Tomo nota, un beso!
ResponderEliminarMenuda cata, corta, intensa, con calidad y sobre todo, disfrutada, vamos que me llevo no una, ni dos. Así da gusto :)
ResponderEliminarBesos
Mira que me gusta andar por imaginarios, aventurarme en sueños y volar, pero quizás precisamente por eso el libro de Ana González Duque es el que menos me tienta. El de Matemos al tío... me encantan las buenas historias (anotado). El de Vita ya lo sabes: es para mí, es de los míos ¿a que sí?. Y el de Valés me produce curiosidad, sobre todo por lo que te ha producido a ti, y además me encanta la portada. Me lo llevo también.
ResponderEliminarComo siempre, una delicia tus catas. Gracias.
Un abrazo
No he leído ninguno, pero los cuatro me llaman un montón.
ResponderEliminarUn beso!
Me llevo los cuatro.... Qué cosas me haces hacer!!
ResponderEliminarBesos
Me quedo con "Matemos al tío", que me ha hecho sonreír nada más empezar a leer tu comentario :)
ResponderEliminarAgniezska: Sí. Me gustaría leer algo más suyo. Ya sabes, mi debilidad por lo británico...
ResponderEliminarMónica: Qué te voy a decir que tú no sepas. Que ha sido un placer de mes, sin duda.
Beatriz: A veces parece que la vida nos lo pide a gritos...
Ginger: Estupenda. El de O'Grady te va a encantar, ya verás.
Kabu: Pues si pruebas, ya me dirás qué te parece.
Marilú: De lo más completa, no lo dudes. Una auténtica gozada de libros todos ellos.
Ana: Llévate a Vita y a Rohan, sí, que los vas a disfrutar, y ya que te pones no te dejes a Vales. Donde caben dos libros buenos, caben tres.
Teresa: Pito, pito, gorgorito... ¿vas a elegir alguno?
Carax: Ja, ja, ja. Prueba, prueba, que merecen la pena.
Ángeles: Te va a gustar, ya lo verás, y si no es así me como una de mis zapatillas de pelo.
Gracias por vuestra visita :)