Jornada IV: Infancia y miseria.
Ana
María Matute escribió para la infancia, sobre la infancia y desde la memoria de
la infancia y siempre me fascinó su agudeza a la hora de captar todas sus
facetas, porque la infancia sólo es un paraíso perdido en la zona iluminada de
nuestros recuerdos. Sus niños y adolescentes transitan por una realidad que
parece a punto de quebrarse (en ambientes rurales, los difíciles años de la
posguerra), moviéndose entre la miseria y una esquiva especie de magia, con una
mirada sensible a la que no le queda más remedio que dejar de ser ingenua.
Mi
viaje, esta pasada semana, me llevó a ella e hice escala en un puerto de
conmovedora belleza:
LOS DE
LA TIENDA. Ana María Matute.
Un
comienzo descriptivo y modulado que desemboca en un final despiadadamente
amargo. En medio, unas pocas páginas embebidas de la atmósfera de la miseria en
toda su extensión: de la pobreza a la mezquindad. Hay realidades que no dejan
mantener la inocencia de la infancia y eso lo retrata Matute, como siempre, de
forma magistral. En su prosa aparentemente sencilla hay un hechizo especial, un
lirismo sutil que late entre las palabras, de principio a fin, de ese que te
hace temblar las pestañas.
Siempre
me gustaron las novelas de Ana María Matute pero los cuentos, esos maravillosos
cuentos, nunca me dejan de enamorar.
Este cuento está incluido en el volumen “La Virgen de
Antioquía y otros relatos” (Narrativa Mondadori, 1990).
Me encanta Matute. Y me encanta la portada que nos traes hoy, aunque no presagie el contenido... Besos
ResponderEliminarPues yo no leí a Matute, sé que suena a delito pero tengo propósito de enmienda, espero que eso valga...
ResponderEliminarBesos
Qué grande Matute !! El año pasado leí Aranmanoth y me encantó.
ResponderEliminarBesos.
De Matute leí Olvidado rey gudú y me gustaría seguir descubriéndola
ResponderEliminarBesos
Agniezska: Para mí, es de las grandes. La portada es curiosa, desde luego.
ResponderEliminarMarilú: No es delito, mujer... ¡pero ya estás tardando!
Manuela y Carax: Fantásticas ambas novelas, en el sentido más amplio de la palabra, pero sus obras de realismo son verdaderamente espléndidas.
Besucos.
"Conmovedora belleza", "hechizo especial", "lirismo sutil"... qué bien has reflejado el sabor de la escritura de Matute, y qué verdad es eso de "temblar las pestañas".
ResponderEliminarEs que me tiemblan cuando algo me mueve y me conmueve. Matute siempre lo hace, aunque la esté leyendo por segunda o tercera vez.
ResponderEliminarUn beso.