Sí, suena extraño, pero es que en
mi casa Gandalf huele a coco. Hoy es un coco un poco descafeinado porque el
paso de los (muchos) años lo ha ido matizando, pero hubo un día en que era una
fragancia intensa, a medias dulce y picante, y siempre me ha parecido que le
iba mucho al carácter del mago gris-y-blanco. En realidad es toda la Compañía
de los Nueve la olorosa, la odisea al completo, y tiene una explicación. Sí,
claro, y parafraseando al genial Pepe Isbert, esa explicación os la voy a dar:
Tengo dos ediciones de “El Señor
de los Anillos”: la primera es un volumen muy compacto, con papel extrafino,
del Círculo de Lectores; la segunda, esa maravilla de Minotauro con
ilustraciones de Alan Lee que precisa de un atril para disfrutarla a gusto.
Esta última es la más reciente y se mantiene impoluta, tal es el cuidado
reverencial con que la he tratado desde el principio. La más antigua… en fin,
esa es la que no cuidé lo suficiente porque —aquí va un consejo importante— no se debe, repito, no se debe guardar en la misma
maleta un libro (y menos si es uno de tus tesoros) y una botella de licor de
coco. Nunca. Jamás caigáis en esta tentación. Y no es sólo porque podáis perder
la ocasión de compartir ese licor de coco en alguna celebración con amigos, no.
Es porque un libro que se impregna de tres cuartos de litro de esencia de coco destilada
en alcohol se quedará marcado para siempre.
Ya podéis apresuraros a enjugarlo
con una toalla de rizo espeso, hacer unas pasadas con el mejor secador de tu madre, ponerlo a
secar junto a un radiador o rezarle a todos los dioses del universo que
guardará esa huella perfumada durante un tiempo tan largo como la vida de un
elfo. El papel se secará, las hojas perderán su soñadora ondulación y el color
desvaído de su perfil podrás achacárselo al transcurso de los años. Eso sí,
cuando pases las páginas notarás como desprenden ese aroma que evoca tu
juventud alocada e imprudente, aquella época de descubrimientos y sueños
rozados con las puntas de los dedos. Quizá sea por eso que lo vuelvo a abrir, a
veces, con el deseo de recuperar aquellas sensaciones. Y creo que aún lo huelo,
aún lo siento, que aún soy capaz de crear de nuevo.
* Esta anécdota está dedicada a Meg Cazaestrellas, MientrasLeo y
Mónica-Serendipia por la conversación de este mediodía, que me ha hecho
recordar aquel momento.
** Sí, es correcto: el año que aparece en el libro es el 85. Adolescencia galopante. En fin...
Hasta en eso los libros son especiales... su olor (propio o "adulterado") también nos recuerdan algo, nos llaman desde la distancia para recordarnos que su poder va más allá de las palabras, de la visión.
ResponderEliminarLas dos ediciones son muy chulas, aunque en una el licor haya dejado su huella (que por cierto, menudo listo el Gandalf que se supo elegir bien su bebida) ;)
Interesante desvarío, un saludo!
Yo tengo esa misma edición, aunque la mía no huele a coco. La fecha debe ser similar, año arriba año abajo. Ahora no podría leerla
ResponderEliminarBesos
Curiosa mezcla. No he leído esta saga, pero aunque no es de mis lecturas habituales, a veces me pica la curiosidad. Si encima viene con un licorcito de coco, mejor.
ResponderEliminarBesos.
Pues debo confesar que yo he sido incapaz de leer esta saga, es superior a mí y he fracasado en los tres intentos. En cambio las pelis me encantan así que siempre los pongo como ejemplo de "hay un libro que no me gusta y la película sí".
ResponderEliminarBesotes.
Yo hace muuuchos años saqué de la biblioteca ela primera parte y gozé leyéndola . También leí el Hobbit, que no me gustó tanto. Eso sí me quedé sin fuerzas para terminar la trilogía. Luego las películas las he visto un montón de veces; por lo menos la primera, con una fidelidad al libro asombrosa.
ResponderEliminarMe encanta tu Señor de los anillos con olor a licor de coco!
¡Mi saga favorita! Todavía tengo que ponerme con la relectura de Las dos torres y El retorno del Rey. Decir que me encanta es poco.
ResponderEliminarEn mi caso la Compañía no huele a coco, pero no es mal olor, no.
Besos.
Piensa que podría haber sido peor si el licor hubiera sido algún vodka u orujo... El coco huele bien, jeje.
ResponderEliminarjajajaja!! Qué bueno!!! Maldito licor de coco... Aunque mira, ahora tienes una edición muy personalizada. Yo también tengo la misma edición de "El señor de los anillos", creo que es la que me compraron mis padres, la primera que tuve. Ahora tengo un par más, pero ninguna tan bonita como la de Alan Lee (no me extraña que la conserves como oro en paño y bien lejos de cualquier licor).
ResponderEliminarGracias por la mención, aunque creo que es nuestra Cazaestrellas la que más la necesitas, ya sabes por qué ;-))) Besotes.
Hola! pues yo tengo la misma edición que tú del círculo y por entonces también "sufría" de adolescencia...
EliminarPues no está nada mal el olor a coco. Simepre podría haber sio peor :)
PD: Me encanta tu exlibris...
Otro consejo: Tampoco guardes en una maleta un libro con un tupper con un cierre no muy fiable con spaguettis Yo ahora tengo una Código Civil que cada vez que lo abro echa un tufillo tremendo a la boloñesa de mi madre... Pensé que con los años se iría el olor pero no, es testarudo y persiste... En comparación, el olor a coco es mucho mejor ;)
ResponderEliminarMe encantan estas ediciones completas de las series, así uno se evita el tener los libros cada uno de su padre y de su madre con ediciones distintas, pero reconozco que son bastante incómodos para leer.
Besos!
Pues a mí me parece bonito que te pregunten: ¿a qué huelen los libros? y tú puedas responder: los míos a coco.
ResponderEliminarYo también tengo la edición de Minotauro, pero solo huele a libro, que tampoco está mal ;)
Saludos, y no te comas el coco, je,je.
Eseeee, ese tengo yo, el de Círculo!!! Qué buena anécdota, seguiré tu consejo, en mi caso no lo meteré con Limoncello o Vodka Caramelo :-P Gracias por la dedicatoria, un besazo!!
ResponderEliminarSí, más que el olor en sí es el poder de evocación que contiene. Es el hecho de que los libros forman parte de nuestra historia, han vivido con nosotros y nos han hecho como somos.
ResponderEliminarEse aroma a coco ahora forma parte de su identidad y de mi forma de recordar mi "primera vez" con el libro. Claro que podría valer el Limoncello y el Vodka Caramelo, también son aromáticos ;-D
Lo de la boloñesa, francamente, es para pensárselo, jajaja.
¿A qué huelen las nubes, digo, los libros? Buena pregunta. Casi estoy deseando que me lo pregunte alguien XD
Ah, Winnifred, el ex libris es muy sencillo pero personalísimo, porque me lo hicieron a petición: dentro de la media luna (por lo lunática), aunque no se ve bien, hay una pequeña estela cántabra.
Gracias por vuestros comentarios, chicas. Besazos.
Qué buena anécdota, qué ediciones más bonitas, qué simpático y bien lo has contado... y cómo me has traído olores: libros, coco... olores en general (sabes que soy anósmica ¿no?), Sé bien lo que de evocador tienen los olores, esa memoria olfativa necesaria y disponbile a golpe de olfato. Me ha gustado recordar ese poder de traerte sensaciones del pasado que tiene el olfato.
ResponderEliminarBesos!
"El Señor de los Anillos" es uno de mis libros favoritos. No tengo que misma edición que tú. Yo lo tengo dividido en tres tomos y así es más cómodo para leer. Los míos no huelen a nada pero para mí "huelen" a vacaciones, a horchata fresquita, a sol, a playa y a todas esas cosas porque la primera vez que los leí fue un verano estando de vacaciones. Un saludo.
ResponderEliminarJajajaaja la conversación fue genial.
ResponderEliminarYo tengo la edición ilustrada que hizo que descubriera que hay libros que no son para leer en la cama (por las malas, estas cosas se descubren por las malas)
Los olores en los libros.... yo cuando los almaceno meto una ramita de vainilla desde que me enteré que el olor del papel tiene algo en común con la vainilla (un tema enzimático)
Besos
Ay Zazou me ha encantado esta anécdota :) Yo también tuve una mala experiencia en mi viaje de fin de curso a Italia con una botella de limoncello :)
ResponderEliminarY esa edición ilustrada por Alan Lee es la que yo tengo en casa como un tesoro. Me acordare siempre de mi abuelita diciéndole a mi madre: Hay que comprarle un atril a María porque al final se va a hacer daño en los brazos jejeje la pobre!
PD. Enamorada de tu Ex libris.
Qué mal ser anósmica, ¿no? Eso de recrear los sentidos hace sentir tan viva. En cambio tienes una sensibilidad maravillosa para otras cosas ;)
ResponderEliminarEs un placer evocar esos momentos, vecina, recordar las lecturas que nos emocionaron... si no es felicidad, se le parece.
Investigaré lo de la vainilla, Mientras Leo, no tenía ni idea. Me encanta aprender con vosotras ;)
Ay, Marie, para cuánta historia dan los libros, ¿verdad? Me encanta que te guste mi ex libros, gracias :-D
Zazou, a mí también me chifla el Señor de los Anillos, pero la descubrí tarde. Ciertamente mis amigas la leían allá por los años noventa, en mi adolescencia, pero a mí no me gustaba nada...no entendía el mundo de la fantasía desde ese punto de vista...pero finalmente acabé siendo una más de las "frikis" que disfrutan de la saga de Tolkien y no solo del Señor de los Anillos...
ResponderEliminarMe encanta ese olor a coco que acompaña a la compañía de los nueve...Para ti ese tránsito debe ser delicioso...y puede que Rivendel guarde algo de ese aroma...
Muy agradable leerte!!!
Gracias, María :-) Desde luego tiene personalidad propia, este libro, y siempre será muy especial en mi librería.
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