Están hechas de letras, de las palabras que respiro y que me alimentan, que me dan la vida y a las que también yo doy vida, y de imágenes que han ido fluyendo, y de la música que me corre por las venas.
Las vi llegar, o las oí, y las sentí entrar y acomodarse por los huecos que encontraban, y también reajustar el espacio a su alrededor para encajar de la mejor manera posible. Ahora son parte de mí como lo son el corazón y los pulmones; igual que ellos laten, respiran.

Dentro de mí hay un millar de historias recogidas, o quizá más, pero no todas dibujaron esas marcas. A estas alturas me resulta extraño desentrañar ordenadamente los nudos, así que no lo haré; después de todo, el caos también tiene su sentido.
No empezaré por el principio. Aunque la memoria no fuera caprichosa, y lo es, al resto de mí le gusta concederse caprichos de vez en cuando, como empezar por tirar de un nudo, de cualquiera, y a ver qué sale.
Del desorden (un caos)nace el orden-nace y fructifica.De él se nutre el caos. El caosnutre el árbol.W. C. Williams, "Descenso"
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