Hago trampas. Al menos en cuanto a lecturas se refiere,
desde el momento en que he escogido libros con un elevado porcentaje de probabilidades
de ser de mi gusto. Para ser exacta, con un cien por cien, al menos este último
mes. Ojalá tuviera el mismo acierto a la hora de jugar a la primitiva, porque
me habría hecho millonaria. Por el momento, soy rica en placer lector y aquí os
traigo la muestra.
LA VIDA SOÑADA DE RACHEL WARING. Stephen Benatar.
Esta novela también tiene trampas o, más bien, trampillas:
pequeñas puertas que se abren, sigilosas, para dar paso a otras que a su vez se
abrirán hasta conducirte al final del pasillo, a la habitación más recóndita.
He encontrado tres historias en ella: la que cuenta la narradora, la que lee el
lector y la que fluye por debajo, sin ruido, hasta converger las tres y dejarte
aturdido en el último recodo. Y la manera en que las tres se entrelazan y te
arrastran con ellas es, aunque suene a tópico, brillante. El inicio andante, el
ritmo in crescendo, el clímax final. La mezcla de ironía y dramatismo sin estridencias,
esa sonrisa escalofriada...
No me resulta fácil hablar de la sensación que me causó sin
desvelar nada, y no lo haré. Ni siquiera habría que leer la contracubierta. Lo
mejor es dejarse embeber, poco a poco. Y luego callar también.
Para maridar con:
cualquiera que disfrute con una buena historia bien contada, con varias a la
vez.
LOS LIBROS REPENTINOS. Pablo Gutiérrez
Un libro sobre libros, sí, pero solo en parte; no es
metaliteratura sin más. Además del homenaje al poder de las palabras, al amor
por las historias, esto es un buen bocado de una realidad muy cercana. El lenguaje
expresivo y exacto que lleva al centro del escenario, te envuelve con él, y te
conmueve sin melodrama. La vida cotidiana ya es lo bastante dura.
Reme es esa mujer que podríamos encontrarnos por la calle,
su devenir en el suburbio es el de tantas gentes y, sin embargo, hay algo que
trasciende lo vulgar y le da una dimensión homérica a las circunstancias en que
se acaba moviendo. Algo que, aun sin simpatizar con ella, encandila. Y te
convence.
Para maridar con:
quienes no cierran los ojos ante el mundo y les gusta leerlo tal como es.
EN LUGAR SEGURO. Wallace Stegner.
Sin necesidad de poesía, de retórica, de un estilismo que
enmascare lo que de verdad importa: contar bien una historia. No hacen falta
grandilocuencias para logra una gran obra y, si alguien lo duda, no tiene más
que leer a Stegner, al menos esta novela (por mi parte, sin duda, repetiré con
el autor). Un estilo sencillo y a la vez poderoso, dotado de las imágenes
necesarias, ni una de más o de menos, para que no caiga en la aridez o la
redundancia. Personajes vivos, al alcance de la mano, tanto como los recuerdos
que construyen la historia.
Aquí no hay héroes ni villanos, no hay más intriga que la de
los entresijos de las relaciones humanas, tan complejas y arrebatadoras a un
tiempo. Emociones de las que caminan de puntillas y, cuando te tocan, ya no las
quieres perder. Esto es lo que hay, nada más y nada menos: la vida.
Para maridar con:
amantes del buen contar y del buen leer.
UNA PUERTA QUE NUNCA ENCONTRÉ. Thomas Wolfe.
La intensidad marcada por el uso de la expresión justa, eso
es Wolfe. Le bastan cien páginas para encerrar en ellas el sentimiento vital más
profundo y sumergirnos en él, con una capacidad de concisión pareja a la de seducción.
Sabe arrollar sin dejar maltrecho, convencer sin coaccionar; eso es maestría.
«Brillan
las estrellas con la desolación desnuda de un vacío inconmensurable, sin
puertas, sin hogar, sin tiempo.»
Brillan las palabras de Wolfe, ricas, evocadoras,
necesarias. No hace falta más.
Para maridar con: quienes aprecian la belleza
más precisa.
Y esto es lo que hay, por el momento. ¿Y vuestras lecturas están siendo satisfactorias?
Con trampas o sin ellas lo importante es disfrutar de las lecturas. El tiempo es escaso y mejor apostar a libro seguro. Me llaman todos los que nos presentas, especialmente el de Wolfe, leí "El niño perdido" y me gustó mucho.
ResponderEliminarBesitos
De Wallace Stegner leí "Ángulo de reposo" y me encantó, dije lo mismo que tú, que leería más de él (por cierto, te recomiendo este título). Y de Wolfe, solo he leído "El niño perdido", que me gustó mucho y que también me hice próposito de repetir con él, ¡qué belleza la frase que nos anotas! Bss
ResponderEliminarLo intentamos, lo intentamos. Por eso leemos blogs literarios, jaja- Me llama "En lugar seguro". Creo que sería para mí una lectura, como poco, satisfactoria.
ResponderEliminarbesos
Siempre me creas necesidades!!!
ResponderEliminarBesos
Apostar sobre seguro es una muy buena opción así no patinas, como me pasa a mí de vez en cuando.
ResponderEliminarBesos.
Me llevo los libros repentinos, lo tengo que leer, gracias por las recomendaciones. Un beso!
ResponderEliminarNo he leído sino a Thomas Wolfe. Los apunto. Gracias, son muy sugerentes.
ResponderEliminarNo son trampas, es apostar sobre seguro :) Tanto que por una vez no me llevo nada porque ya lo tengo todo :)
ResponderEliminarTiempo es lo que tenemos, pero hay que gestionarlo, ir sobre seguro en cuanto a lecturas siempre es una buena opción, aunque yo tengo la tendencia a hacerlos esperar para no "gastar" posibilidades...
No me quejo de mis últimas lecturas, no... (hice "trampas" también) ;)
Un abrazo
Me apunto "En lugar seguro", de Wallace Stegner.
ResponderEliminarBueno, me lo apunto, no. Acabo de encargarlo en Iberlibro.
Si es que venir aquí le da unas bofetadas a mi cuenta corriente... ;-)
Feliz y provechoso día, Zazou.
Un abrazo.
Me llevo el primero y el último.
ResponderEliminarYo tampoco me quejo en cuanto a lecturas. Acabo de publicar reseña de un libro que me ha encantado :)
Besinos!
Esta bien ese pleno al 15 que has conseguido. Yo me arriesgo demasiado, creo, pero es en lo único en que lo hago. Así que... no siempre acierto. Abrazos.
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