Llegados a estas alturas del año,
parece inevitable la elaboración de listas de todo tipo, desde las que recogen
lo hecho o visto a lo largo del año que se cierra hasta las que anuncian o
prometen los propósitos del año por empezar. Reconozco el valor de las listas
en cuanto a la organización se refiere (yo misma intento seguir las que preparo,
aunque no siempre con éxito), pero como también estoy de acuerdo en que los
excesos no son buenos, intento no hacer caso a la proliferación enumerativa que
nos rodea estos días.
Las hay para todos los gustos:
cifras de ventas y conclusiones, críticas y recomendaciones, éxitos y fracasos…
Confieso que paso por encima de ellas sin prestarles mucha atención en la mayor
parte de los casos. ¿Los diez libros que debería haber leído? ¿En base a qué,
si ocho de ellos son lo más lejano a mis preferencias? Si nunca he confiado en
las estadísticas, en estos casos menos que nunca. Que un libro se haya vendido
mucho o poco no significa que se haya leído; al contrario, se puede haber leído
un libro que no se haya comprado (¡ah, ese
tesoro que son las bibliotecas!). Por no hablar de la segmentación, o más bien
la falta de segmentación, según el tipo de público. Que no, que no me
convencen.
Entre las excepciones, se cuenta
una lista que se publicó recientemente en el estupendo blog Las
lecturas de Mr. Davidmore: “Libros que no tocaría ni con un palo”. Esa la
leí con curiosidad malsana y me provocó una sonrisa mordaz y un fuerte
sentimiento de empatía. La verdad es que las listas de David (porque en su blog
hay muchas) las sigo casi todas.
Es tiempo, también, de recuentos
y lecturas (o relecturas) de temporada, si el balance anual mejora los
anteriores o no y si vamos a mimetizarnos con el entorno navideño recopilando
títulos temáticos para acompañarnos estos días, entre los villancicos, el
turrón y los encuentros familiares. Dos puntos en los que recaigo cada año:
hace muchos que contabilizo las lecturas y me dejo llevar por la satisfacción o
la frustración según la cuenta final. Y, como en otras navidades, mi rechazo
inicial a leer historias de ambientación al uso se convertirá en una inmersión
a plomo.
Al recordar hace un par de semanas cuánto disfruté con las “Mujercitas”
de Louisa May Alcott, clásico título navideño en lo literario y lo
cinematográfico, tomé tres decisiones: escribir sobre este libro que marcó mi
infancia, hacerme con la edición íntegra que, publicada originalmente por
Lumen, se editó después en un más accesible formato de bolsillo y,
consecuentemente, releerlo. Y no he sido la única en recuperar este título: las
Navidades parecen haber vuelto a reclamarlo y lo he encontrado en otros blogs,
en la remembranza de las películas que ha hecho Marisa en Entre
mil libros y en la reseña sobre “Las razones de Jo”, libro que recupera a
una de sus protagonistas, hecha por María en Junto a
una taza de té. No serán los únicos, seguramente.
Así todo, si hay una lista que
verdaderamente me interesa y no dejo de compartir con los más cercanos, es la
que escribo con letra clara para que se entienda bien: la de los libros que
quiero que me regalen.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarCuando ere más joven sabía qué libro quería que me regalaran por Navidad o cumpleaños; y era el mejor regalo que me podían hacer. Luego, pasé a encontrarme con libros super interesantes, en los que no había reparado. Ahora, casi nadie me regala libros, y desde que estoy en el mundo blogger tengo una lista de títulos que quiero leer sí o sí. Algunos me los regalarán, pero otros, me tocará comprarlos.
ResponderEliminarBesos.
¡Qué rápida has sido, Aliena! :-D Más que mi conexión de internet, gggrrr, que me está volviendo loca hoy.
EliminarMis listas de libros siempre han sido muy largas y, aun contando con los regalados, me las tengo que apañar con unos cuantos. Pero, con que me caiga algunos de los que pido, me dan una alegría.
Hola, me ha encantado tu entrada, me recuerda a mis listas, adoro las listas y me cuesta mucho seguirlas, pero tener todo anotado en las listas me da orientación, en cuanto a mi lista de deseos de libros todos me los tengo que comprar, no cuento con la suerte de que a alguien se le ocurra regalarme libros :S pero bueno, casi siempre cumplo mi lista de deseos :)
ResponderEliminarSaludos ;3
Si reconozco que, desde el punto de vista organizativo, las listas pueden ser muy prácticas... pero esas listas de recomendaciones/obligaciones me hacen sentir más coartada que orientada. Claro que siempre he sido el espíritu de la contradicción, según me han dicho :)
EliminarEn cuanto a los regalos... bueno, hay que intentarlo, algo caerá.
Yo también sigo el blog de Mr. Davidmore y me gustan sus listas ;) Por lo demás, estoy en una línea parecida a la tuya, no soy muy de listas, salvo dos: la de libros pendientes y libros que quiero que me regalen ;)
ResponderEliminarBesos
Sí que coincidimos, sí ;-) Mi problema con las listas es que, como tiendo a ser caótica, me agobian.
EliminarYo también ya he "dejado caer" esos títulos que me gustaría recibir por Navidad, creo que es una oportunidad estupenda para la vanidad literaria jeje.
ResponderEliminarUn saludo!!
Qué sutil eres. Yo no los he "dejado caer"; los he arrojado como un lanzador de martillo. Espero que mi falta de delicadeza sirva de algo, je je.
EliminarJajajaja. ¡Qué gran entrada! Yo soy de las pesadas de las listas, una viciosa ¡vaya! Me acuso públicamente. Enhorabuena por tu "Mujercitas" íntegra, y estoy deseando leer tu reseña. Abrazos.
ResponderEliminarDí que sí, que tiene que haber lectores para las listas, no vayan a extinguirse ;-)
EliminarYa contaré mis impresiones el próximo mes. De momento son buenas.
Yo también hago una lista de los libros que quiero por Navidad y la verdad es que tanto Papá Noel como los Reyes son bastante generosos :)
ResponderEliminarUn besote!
Espero que sean generosos también conmigo y caiga alguno de los que he pedido ;-)
Eliminar¿Habrá algo en el aire? Yo también llevo un tiempo queriendo retomar Mujercitas. Estaba segura de que mi madre aún conservaría el ejemplar que me trajeron unos Reyes de hace mil años, pero no...ya no está. Lo he vuelto a pedir aunque no sé si volveré a tener tanta suerte. No sé cuántas veces lo leí, menos mal que era una edición en tapa dura...Después de tantos años aún me reconozcno en la niña que leía la historia de Jo y sus hermanas una y otra vez. Sigo comiendo manzanas cuando leo.
ResponderEliminarMe encanta esa imagen :-) Yo tengo cerca mis viejas ediciones infantiles, ahora que estoy de vacaciones navideño-familiares. Qué recuerdos.
EliminarNo es que me gusten las listas, es que me encantan. Las hago de todo tipo, semanales, diarias, de compras, lecturas pendientes, retos personales, objetivos, tareas varias,... Infinitas listas!!
ResponderEliminarBesos,
Admiro esa capacidad, sobre todo si luego las sigues obedientemente. Me gustaría ser capaz de hacerlo pero no hay manera, mi cabeza es un caos.
EliminarEste fin de semanas hablaba yo de listas intentando hacer na, pero pufff es complicado. Además hay tantas y repartidas por tantos motivos que al final ni me entero. Antes era fácil: "Los más vendidos"... ahora son gratis, de pago, de ficción, de no ficción, romántica, digital...
ResponderEliminarDejo el comentario aquí, creo que empiezo a tener una crisis post listas
Besos
Siempre se puede hacer una lista sobre las mejores listas, je je :-)
EliminarYo tampoco hago mucho caso de las listas, salvo que tengan un título tan atractivo como la que señalas del señor Davidmore y que iré a ver ahora mismo :-D
ResponderEliminarNo te lo vas a creer pero ayer precisamente preguntaba yo en una librería por esa edición de Mujercitas de Lumen (uno para mí y otro para mi sobrina).
Y estaré pendiente de tu blog, como es habitual, por si escribes sobre este libro que también tiene un lugar destacado en mi infancia.
Saludos y Felices Listas :-)
Me lo creo :-) Este año las Mujercitas han vuelto a casa por Navidad.
ResponderEliminarFelices listas a ti también.