Este mes intenté remontar un poco
el ritmo de lectura, que últimamente parecía ralentizado y me fastidiaba un
poco. Por suerte, he escogido buenas lecturas que me han ayudado al
empujoncito. Aquí están mis impresiones.
EL AUTOBÚS PERDIDO. John
Steinbeck
Si hay algo que me gusta de Steinbeck es su capacidad para
definir a los personajes, no sólo en lo meramente descriptivo sino a través de
sus acciones, y en esta novela nos ofrece una colección de personajes de lo más
variopintos. La historia, en sí, parece un catálogo de miserias humanas,
pequeñas miserias cotidianas -mentiras y autoengaños, vanidades y debilidades-
que vertebran una trama aparentemente sencilla, casi banal, que sirve para revelar
todas esas fallas de carácter de los que nadie se libra. No la contaría entre las mejores obras del
autor, para mí le falta redondez, pero una obra menor de Steinbeck ya tiene un
gran valor por sí misma.
LOS LIBROS SON TÍMIDOS. Giulia Alberico
Parece haberse puesto de moda la publicación de memorias literarias, porque últimamente me encuentro con muchos libros que reúnen recuerdos de libros. En este caso, la autora italiana recorre su infancia, sobre todo, rodeada de libros que van llenando las páginas, desdibujando cualquier otro tipo de recuerdo. Quizá el peso de los dos pequeños volúmenes de Clark Bremer que he leído recientemente ha obrado en contra de la lectura de Alberico, porque le he encontrado falto de algo; de atmósfera, creo, y de viveza. De un cierto hálito de intensidad que amalgamara esos fragmentos de memoria.
Lo que pueda decir de los libros de Pratchett puede sonar a
reiterado, después de las lecturas recurrentes mes a mes. Esta nueva sátira,
que recrea unas culturas descaradamente similares a la china y la japonesa, pone
en evidencia la esclavitud del pensamiento en medio de las habituales aventuras
descacharrantes. No es, para mí, de las mejores novelas del prolífico autor,
pero lleva a la sonrisa e incluso a la risa mordaz.
EL LIBRO DE LOS NIÑOS. A.S. Byatt
Solamente por la delicada escritura, hilada con el esmero
de un encaje belga, resulta brillante la novela. El lenguaje de Byatt es
expresivo y se ajusta como un guante a cada momento de esta historia que
recorre las vidas entrelazadas de un grupo de familias en una Inglaterra en
transición, en una época de cambios. Tiene momentos fascinantes, a veces el
ritmo me arrebataba y llevaba sin querer apartarme de las páginas; también, en
otras ocasiones, el historicismo documental se me hacía un tanto lento y me
retrasaba. Quizá las 950 páginas de mi edición me resultaron un poco excesivas.
Terminé maravillada, sin embargo, y seducida de nuevo por la calidad de Byatt.
LA SEGUNDA VIDA DE VIOLA WITHER.
Stella Gibbons
La misma Gibbons definió su novela como una comedia
romántica pero, viniendo de ella, esperaba toques de ironía, golpes de
realidad, lugares comunes en el fondo no tan comunes. No me ha defraudado. La
trama de romance y enredo envuelve una sutil crítica de la burguesía de la época,
a veces con un sarcasmo sin disimulo. Los tópicos de las novelas sentimentales
cobran aquí una perspectiva sesgada y la lectura, sin ser abiertamente
hilarante, se hace rápida y mantiene la sonrisa en los labios, torcida también.
LA DULCE. Fiodor M. Dostoievski
Con una estructura propia de un cuento maravilloso o de horror, esta novela breve parte del final de la historia para analizar las razones que pudieran haber conducido a él: del suicidio de una joven a los torturados sentimientos de su viudo, mientras recuerda cómo se llegó a este punto. Dostoievski era un maestro en el retrato psicológico y aquí, una vez más, lo borda.
En principio me atraen todas; en especial la de Steinbeck. A ver por cuál me decido. Besos.
ResponderEliminarEl de Gibbons me está gustando mucho y me apunto alguno de los otros también.
ResponderEliminarBesitos!!
Las uvas de la ira de Steinbeck creo que es uno de mis libros preferidos de siempre. Al menos uno de los que más recuerdo. El de "Los libros son tímidos" iba a leerlo hoy, pero se me cruzó otro por el camino :) Seguramente sea el siguiente en caer...
ResponderEliminarA Pratchett me lo salto, no es un autor que me tiente leer, aunque sé que gusta mucho. Me apunto el de Byatt , aunque tanta página asusta un poco. El de Gibbson está pendiente desde ni se sabe (qué caótica soy). Y, finalmente, me apunto el de Dostoievski.
:D ¡Besos!
Con vergüenza reconozco que, salvo Steinbeck y Dovstoieski, no conocía al resto, así que cualquiera de ellos me interesa, aunque te he visto un poco desilusionada con algunos, ¿o es impresión mía?
ResponderEliminarHola, Aliena, me alegra que sigas por aquí ;) Ya me dirás si lees alguna de estas.
ResponderEliminarGi, guapa, a ver si compartimos conclusiones de la lectura.
Lo mío con Pratchett es pasión, Ana, y como tal no es objetiva :-D El de Byatt a mí también me asustaba un poco, pero la verdad es que cuando se le coge el tranquillo se aligera.
"Las uvas de la ira" también me gustó mucho, pero confieso que mi favorito es "De ratones y hombres".
Uy, ¿y por qué vergüenza, Marisa? Son tantos los escritores que hay que es imposible conocerlos a todos. Y nuestras preferencias siempre nos empujan. Desilusionada, sí, quizá porque tenía demasiadas expectativas, y me refiero al de Alberico.
Ammm. No sabía de la existencia de este libro de Dostoievski. Bien.
ResponderEliminarHola,Gabino. Está en Editorial Funambulista ;) Muy cortito, se lee de un tironcillo.
ResponderEliminarHola Zazou. Sé que ya lo has recibido, pero tenías que ser una de las premiadas con el Leibster. Un abrazo.
ResponderEliminarVaya, Marisa, muchas gracias ;) Y esta vez por doble partida, así que me habéis alegrado el domingo. Un besazo.
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