Este mes lector ha estado marcado
por las lecturas breves pero de calidad. Entre todas ellas, tres relecturas:
Waugh, a quien hace un tiempo tengo ganas de volver; Wilde, gracias al reto de
Finales Felices de Seri, de El borde de la Realidad; y Mortimer, aunque en este
caso fue una sorpresa la relectura. ¿Por qué? Por este despiste que llevo
conmigo. Compré con expectación la reciente edición de Impedimenta, que me
había enamorado al verla en el catálogo, y al añadirla a mi base de datos encontré
otro título de la autora, “La torre”, que no recordaba. Es la misma novela, en una
edición de Mondadori del 96, que está en
mi pequeña biblioteca desde hace trece años. En fin. Esta es mi cabeza y así es
mi mundo. Y aquí tenéis mis notas de cata:
Me apasiona el chocolate cuando
es negro, con todo su amargor, lleno de sabores densos que te llenan el
paladar. Lo mismo me ocurre con los libros y, cuando encuentro uno con esa misma
intensidad, lo paladeo con cuidado. Como he hecho con éste. Porque cuenta mucho
más de lo que dice. Porque está lleno de matices. Porque la ironía y la
amargura se entrelazan de una manera tan íntima que a veces cuesta
desanudarlas. Por la conciencia dual de la voz que nos habla. Por esa historia
tan viva y real (muy real). Por esa protagonista que, a ratos, me levantaba
ampollas. Por ese final que no voy a mencionar. Cacao al noventa por cien. Del
mejor.
EL DEVORADOR DE CALABAZAS. Penelope Mortimer
Para maridar con: lectores de paladar exigente que no busquen el
azúcar de la vida.
Me alegro de haberme estrenado
con Pamuk con este ensayo tan revelador sobre la visión que, de las novelas,
tiene un autor como él. Tanto desde el punto de vista de la lectura como de la
escritura, aunque su perspectiva se centrara especialmente en el segundo caso. Dos
formas de entender la novela con las que uno se puede identificar, quizá de un
poco de ambas según el momento. Entretejido con recuerdos y reflexiones
personales, con los mecanismos de su propia escritura y un repaso a algunas
grandes obras de la literatura, ha sido todo un regalo para mis sentidos, de
esos que se vuelven a saborear con calma, pedacito a pedacito.
Para maridar con: cualquiera que disfrute con la buena literatura y
con la exploración de los engranajes interiores de los libros.
EL FANTASMA DE CANTERVILLE. Oscar
Wilde.
Reencuentro con la vena más
bromista y sarcástica de Wilde, me ha divertido tanto como recordaba que hizo
la primera vez. Una historia de tintes tradicionales recubierta con un
envoltorio satírico en la que el dibujo de los personajes, empezando por el
fantasma protagonista, llena la boca con su sabor ácido y a la vez delicioso. Los
retratos basados en los contrastes son todo un acierto, los golpes que adornan
la trama despiertan la sonrisa y, aunque el final hace una amable concesión a
la felicidad y el amor, no por ello abandona el filo del cinismo que le es
propio. Un bocado exquisito, no podía ser de otra manera.
Para maridar con: amantes de los clásicos y de la sátira elegante.
PROLETERKA. Fleur Jaeggy
Sin adornos no implica falta de
emoción, sólo de florituras, y el estilo de Jaeggy es una muestra de ello. Ha sido uno de los
descubrimientos felices que he hecho este año. Me ha cautivado. El aparente
desapasionamiento con el que muestra los hechos que esconden los sentimientos
que corren por debajo. Como si no existieran. Pero se intuyen, se revelan como
la humedad del rocío entre la hierba. Un padre y una hija en un viaje de
encuentro de sí mismos, un viaje iniciático. En pocas páginas, la historia se
despliega de forma arrolladora. Con una concisión que ya podrían aprender
muchos. Para leer entre líneas. Para disfrutar de su sabor redondo.
Para maridar con: quienes aprecien el valor de la palabra justa, de
la sensación desnuda, de las historias sin concesiones.
PERDIMOS LA LUZ DE LOS VIEJOS
DÍAS. Isaac Belmar
A veces me dejo llevar por
intuiciones que me pueden arrastrar hacia cualquier sitio. Esta vez ha sido a
buen puerto, con otra novela breve que no necesitaba de más páginas para
recrear una trama llena de planos y contraplanos y contraluces. Desde el
principio impregnada de ese toque de penumbra que anuncia el título, nos
arrastra por escenarios tocados por la realidad más oscura y, a la vez, contaminados
por la irrealidad. He seguido a este hombre pequeño y triste por su odisea
personal en busca de una Penélope perdida, tan perdida como él mismo, y al
llegar a la meta me he querido quedar haciéndole compañía.
Para maridar con: los que aprecian las historias bien contadas,
aunque discurran en la oscuridad.
EN GUARDIA / EL AMOR EN TIEMPOS
DE CRISIS / EL SOLTERÓN. Evelyn Waugh
Ha sido buena idea regresar a
Waugh a través de estos relatos que contienen la esencia de lo que me gusta de
él: el retrato social, la crítica y la ironía. Tres narraciones tan breves como
certeras que ponen en evidencia la hipocresía en las relaciones, que suele encubrirse
con el nombre de cortesía y de conveniencia. Los lees con una sonrisa cínica
mientras, por debajo, el desencanto ante la realidad hace su nido.
Para maridar con: viejos amigos del estilo británico y con gusto
por el relato.
LA PALABRA AMOR Y OTROS RELATOS.
Nathalie Sarraute
Palabras, palabras, palabras. Los
personajes de estas pequeñas piezas no son humanos: son las palabras. Sarraute
le da la vuelta al concepto narración para diseñar una estructura alrededor de
las palabras. Las reescribe. Las redibuja. Las exprime. Extrae su jugo y lo
combina con un golpe de lirismo, un chorro de experimentación y unas gotas de
imaginación. Lleva lo común hacia un nuevo sentido. Nos hace pensar,
plantearnos preguntas, trascender lo conocido. Es extraña y diferente, pero
sabrosa. Para degustar con lentitud y poder percibir todos los matices de su
peculiar sabor.
Para maridar con: aventureros del lenguaje dispuestos a ir más allá
de lo argumental.
LA DECEPCIÓN DEL CABO HOLMES.
Carlos Laredo
Un placer haberlo conocido, cabo
Holmes, es usted un buen tipo. Me ha hecho pasar unos ratos muy entretenidos
gracias a su talante concienzudo, a su integridad y a ese asomo de simpatía que
adivino tras su carácter serio. Un personaje de una sola pieza. La intriga en
que se ha visto envuelto me mantuvo enganchada a las páginas hasta que no me
quedaba más remedio que cerrar el libro. Se leía con facilidad, a pesar de los
vericuetos de la trama, gracias a la limpieza del estilo. Es cierto que adiviné
algún detalle de la historia antes de tiempo, pero quizá se deba a que soy un
poco bruja. Ha sido usted una gran ayuda para reconciliarme con el género. Se
despide, con aprecio, esta nueva amiga
Para maridar con: aficionados a la novela policíaca con regustillo
clásico.
*Además de estas lecturas,
también en octubre pasó por mis manos EL ANIMAL MORIBUNDO de Philip Roth, que
reseñé la pasada semana con mayor amplitud de la debida a una nota de cata.
¡Si que te ha cundido el mes! ;)
ResponderEliminarPues te comento que le de Wilde lo tengo pendiente también para el mismo reto que tú :D
Y de los que comentas me apetece un montón leer el de Mortimer y seguramente caerá pronto algo de Waugh.
Besinos!
A mí también me gustó mucho "Perdimos la luz de los viejos días". Y de Carlos Laredo leí "El rompecabezas del cabo Holmes", la verdad es que le tengo ganas a esta nueva entrega. Biquiños!
ResponderEliminarMe apunto "Perdimos la luz de los viejos días", solo el titulo me parece atractivo. UN beso!
ResponderEliminarGinger: que eran breves, mujer, por eso parecen tantas XD Waugh, para mí, es un imprescindible.
ResponderEliminarCris: Pues fíjate que yo he leído antes el segundo de Holmes y tengo el anterior pendiente. Cosas que pasan. Todo llegará.
Kabu: Ha sido una lectura muy satisfactoria, desde luego.
El fantasma de Cantervill lo he leído varias veces y siempre me ha gustado mucho. Además, ahora estoy en esa época de lecturas cortas. Me llevo alguna de tus recomendaciones. Un beso.
ResponderEliminarYo también adoro y devoro calabazas, más aún si son de Mortimer y en esta edición tan elegante y preciosa al mismo tiempo. No conocía este título- no me lo puedo creer! Y Evelyn! Me gustaría volver a Brideshead un día, pero sin tener que escuchar sus sermones de neocatólico (o como se llame el recién convertido). Muy interesante la cata! Saludos
ResponderEliminarLady Aliena: Las lecturas breves suelen ser muy reconfortantes, sobre todo cuando son buenas... en incluso si no lo son, porque terminan pronto, je, je.
ResponderEliminarAgnieszka: Una maravilla de libro, el de Mortimer. Y de Waugh, fíjate, no es "Retorno a Brideshead" mi favorita (y sí me gustó, y mucho). Pero tiene otras novelas y relatos fantásticos.
Besucos.
Buen mes aunque este repleto de brevedades. Qué agradable pasar un rato con el Fantasma. Me llevo el de Pamuk. Bss
ResponderEliminarMenudo despiste con el libro; yo me cabrearía conmigo misma ;).
ResponderEliminarEl único libro de Oscar Wilde que he leído ha sido "El retrato de Dorian Grey", la verdad es que me esperaba mucho más; tardaré en volver con el autor; pero imposible descartarlo.
Aaaamiga, este mes has cogido ritmo, eh? y yo me alegro, mi lista no. Especialmente la asociación al chocolate me ha hecho oler a calabaza con pepitas inclusive. Supongo que está entre los deberes de una buena bruja :) Waugh, Pamuk, en fin, que no salgo ilesa de esta. Como siempre, un placer maridar impresiones contigo.
ResponderEliminarBesos
Vaya por delante que me siento taaaaan identificada con esos despistes tuyos. Y luego la de ahí arriba, esa que cuenta libros, se reía de mis bases de datos, pero a ver cómo nos ibamos a aclarar entonces. Y a veces ni siquiera así nos libramos de esos despistes...
ResponderEliminarEn fin, las calabazas hace tiempo que están ahí, en el punto de mira. De momento me conformo con haber cogido unas cuantas de la huerta. Pamuk, así en general, entre los pendientes (buaaahhh). Oscar Wilde, vaya, lo tengo muy leído. Pero lo que no tengo en el blog es como si no lo hubiera leído, pero sí, tuve mi época de leer y leer a Wilde. Una época que si hubiera tenido blog lo hubiera petado, qué lecturas más magnificas tuve.
De Jaeggy hay dos en la saca. Uno de ellos este que nos traes. Qué alivio.
De Belmar mucho no puedo decir, pero le has dando un empujoncito curioso.
De Waugh ya te comenté en tu otra casa
Sarraute... me has pillado en bragas. Investigo.
Con el cabo Holmes no lo tengo tan claro. Pero es que en algún momento tenía que hacerme la dura, que ya te vale
Y con esto y un bizcocho, que tengas buena noche, o buen día, lo que sea, pero que sea bueno.
Muchas gracias, brujilla del taro. Besos!
(taroT)
ResponderEliminarLos del cabo Holmes me los quiero leer. Y el de Pamuk me lo llevo también, tengo muchas ganas de leer algo de él. Un besote!
ResponderEliminarQuestasleyendo: Breves pero estupendas, lo cual es muy satisfactorio. Creo que Pamuk te irá bien.
ResponderEliminarOnly Bea: Un poquito fastidiada, sí, pero tampoco tanto cabrero. La edición de Impedimenta es genial y el otro, bueno, puedo reciclarlo.
Wilde a mí me encanta en todas sus facetas.
Marilú: Chocolate, calabazas y brujería se prestan, ¿eh? Una pena que no salgas ilesa... vale, no, ni pizca. Que aproveche.
Ana: ¡Pillada en bragas! Pues ya era hora :-P En el mejor de los sentidos, por supuesto. Y espero tus impresiones sobre Jaeggy.
Ah, y te entendí, por supuesto.
Meg: El Pamuk me encantó, espero que a ti también. El de Holmes lo leí en un par de tironcillos.
Besucos.
Que los meses pasen tan rápidamente solo tiene de bueno que llegan tus catas!
ResponderEliminarBesos
Ya sabes que lo bueno, si breve, dos veces bueno y parece que con tus lecturas este mes, se ha cumplido el dicho ;)
ResponderEliminarNadie me hace reír tanto como Wilde! Mira que tenía un sentido del humo afinado y una lengua de lo más afilada! Me están entrando ganas de volver a coger un libro de él...
Besos!
Carax: Y el frío... ah, no, eso a veces no es tan bueno :-P
ResponderEliminarLetras con la sopa: Soy fan de la brevedad (como las catas indican, je, je). Y de Wilde, por supuesto.
Besucos.
Que no nos falte Wilde, please.Y me anoto, sí o sí, el de Waugh.
ResponderEliminarBesines, Zazou!
Wilde forever ;-D Como Waugh... qué matraca tengo con él, madre mía, qué pesadita.
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