Cuántas veces nos hemos sentado
en una cafetería a disfrutar del sabor de un café (o un té, o un refresco) y
el placer de la lectura, a veces tan embebidos por el embrujo de las palabras
que el calor se diluye en la taza antes de que terminemos de llevárnosla a los
labios, el hielo se deshace en el vaso y agua su contenido. A veces, si estamos
esperando a alguien, cuando esa persona llega nos rompe el momento de magia y
nos hace desear que hubiera tardado un poquito más, lo justo para acabar una
página, una escena, un capítulo. Y es que ese momento de relajación, sentada a
una mesa con la bebida a un lado y el libro al otro, es uno de esos preciosos
momentos de deleite con que la vida nos regala.
Para alegría de muchos, se están
haciendo habituales los espacios que, aunando libros, cafés y copas, te ofrecen
compartir esos deliciosos momentos, propuestas de lo más interesantes que te
pueden hacer pasar horas de disfrute olvidándote del mundo que existe ahí
fuera. En estos últimos días he conocido dos de ellos, de reciente andadura,
que recomiendo visitar.
El bibliobar TÍA TULA está en Galapagar (Madrid), en la plaza de la Iglesia, y supone un novedoso planteamiento para lo que se acostumbra en un pueblo de estas características. Los dueños, poseedores de una biblioteca personal bien provista, te dan la posibilidad de leer sus libros en sus mesas, acomodado en los confortables sofás que te hacen sentir en el salón de tu casa, mientras te tomas un café o un gin-tonic, o de llevártelos en préstamo a tu casa. Además, puedes participar en actividades culturales y lúdicas de las cuales te informan, si lo deseas, a través del boletín mensual que te envían por correo electrónico si lo solicitas. Puedes participar en tertulias de libros o jugar al mus, por ejemplo, según los días. Es un sitio de lo más agradable al que acudir a pasar la tarde y alternar por la noche o, los fines de semana, a la hora del aperitivo.
Situada en una de las zonas de
ambiente más concurridas de Madrid, en la C/ La Palma, te encuentras la
librería ATTICUS FINCH. Aparte de la
zona de libros, el local dispone de una salita donde, a la vez que contiene
exposiciones periódicas de pintura e ilustraciones, puedes sentarte a conversar
y tomarte un té chai o una copa de vino en tanto decides cuáles de los libros
que pueblan sus estanterías va a ser tu trofeo. Volúmenes maravillosos te
tientan desde allí, pequeños tesoros de editoriales como Impedimenta o El Zorro
Rojo, hermosamente ilustrados. Cuentacuentos, presentaciones, talleres y
eventos culturales diversos tienen lugar bajo la coordinación de Eva, artífice de
este proyecto. Un lugar lleno de encanto, lo mires como lo mires.
¿Nos encontraremos por allí, uno
de estos días?
Pues me encantaría coincidir en uno de estos sitios; siempre me ha parecido una idea genial unir estos dos placeres.Y como el último de estos lugares no me pilla lejos, puede hasta que me anime a visitarlo. Gracias por la información. Abrazos.
ResponderEliminarAnímate, Marisa ;) Yo lo descubrí ayer y lo pasé fenomenal... y piqué, desde luego, en la librería. Repetire sin duda, aunque a mi me pilla más cerca la otra.
ResponderEliminarMe encanta tu blog y tu forma de escribir, te lo digo sinceramente.
ResponderEliminarA mí este tipo de sitios me fascinan; no soy de Madrid, pero en mi ciudad conozco dos en los que la lectura y el café son los grandes protagonistas.
Un saludo! :)
Gracias, Sofiatura ;) Disfrutemos de ello.
ResponderEliminarEs fantástico que estos cafés literarios se estén poniendo de moda. Son locales muy agradables.
ResponderEliminarUn besote.
Qué chulos! Si voy a Madrid pasaré seguro :)
ResponderEliminarSí que lo son, Lady Ovejita, solos o bien acompañados. Ojalá no sea una moda pasajera.
ResponderEliminarNo dejes de pasar, Ginger... y de darme un toque si lo haces, para disfrutarlos juntas ;)
Por donde yo vivo esas cosas ni se plantean, pero he vivido en otros sitios donde combinaban perfectamente libros y... lo que quisieras (café, té, vino, copa, batido..).
ResponderEliminarYo aprovecho de todas formas cualquier sitio para leer, así que nunca me ha importado que me hicieran esperar porque como tú comentas, a veces llegan a media página y ... ays :)
Besos
Por mi ciudad desgraciadamente no existe ningún local de este tipo. Coincido plenamente con el placer de esos momentos de té/café y lectura "al calor de un bar"...
ResponderEliminarUn abrazo,
Nunca se sabe, Ana, ahora que se están poniendo de moda ;) Mira que el Tía Tula está en un pueblo.
ResponderEliminarEs que el placer de la lectura acompañada por una bebida acorde con el tiempo no se puede negar, Carmen.
Me encanta que existan esos sitios para disfrutar de los placeres que has descrito tan bien.
ResponderEliminarY me encanta que la librería se llame Atticus Finch. Solo por el nombre ya merece una visita :-)
Saludos.
Sí, también a mi me enganchó el nombre ;) Y además hay una foto bien chula de Gregory Peck...
ResponderEliminarConocí Tía Tula en verano. Es un lugar acogedor. En ese momento surgió el germen de una idea y ahora acabo de iniciar un ciclo cultural llevando a autores con talento. A los tres primeros escritores que han ido les ha encantado el lugar.
ResponderEliminarAy, qué rabia no haberme enterado antes... aunque he estado tan desconectada estos dos últimos meses que no me extraña. El caso es que no he recibido ningún correo... a ver si lo he traspapelado :( Cuéntame un poco más, anda, porfa.
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