Diciembre comenzó con un clásico y terminó con otro, aunque de diferente estilo, en el marco de los días navideños, pero entre medias hubo humor (cómo no), curiosidades librescas y emoción. Aquí está el resultado de la cata:
NUESTRO COMUN AMIGO. Charles Dickens
Como “Casa desolada” en su momento,
esta obra me ha fascinado por los certeros retratos que se hace de los
personajes y de la sociedad de la época. Aparentemente centrada en el misterio
de la muerte del heredero de una fortuna y de las personas que rodean a quien,
en virtud de tal muerte, ha recibido la herencia sin esperarlo, en realidad es
una crítica social que va de lo dramático a lo humorístico con la habilidad
habitual en Dickens.
LA NOCHE EN QUE FRANKENSTEIN LEYO EL QUIJOTE. Santiago Posteguilo
Con este título tan sorprendente y el
adecuado subtítulo "La vida secreta de los libros (porque los libros
tienen otra vida)", se recogen un puñado de pequeños ensayos en forma de
relato (¿o son relatos que disfrazan ensayos?) que cuentan anécdotas y
entresijos del mundo de los libros y sus autores. Curiosidades, lances,
intrigas, decepciones y triunfos recorren las páginas con agilidad y se dejan
disfrutar de principio a fin con una sonrisa.
LAS NORMAS DE LA CASA. Jodi Picault
LAS NORMAS DE LA CASA. Jodi Picault
Con unas premisas que hacen esperar una
intriga policíaca o un melodrama sensiblero (joven protagonista con el síndrome
de Asperger, madre abnegada, hermano resentido, un crimen que los envuelve a todos
y un policía tras el protagonista), el desarrollo de la trama incorpora los
ingredientes justos de cada parte para lograr una novela que engancha y te
mantiene en el filo de la sonrisa y la lágrima, con un punto de inquietud.
PIRÓMIDES. Terry Pratchett
Oh, mi Pratchett, qué puedo decir de él
que no haya repetido cientos de veces ya. En esta ocasión envuelve en su humor
paródico al antiguo Egipto, al fanatismo religioso y al dudoso equilibrio del
poder. No tan redonda como otras obras suyas, quizá, pero no deja de arrancar
sonrisas, tan bienvenidas en estos momentos.
REINA LUCIA. E.F. Benson
Como amante que soy del humor,
especialmente de la ironía, no podía dejar pasar esta crítica satírica a la
sociedad rural inglesa de principios del siglo XX. Los habitantes del
provinciano pueblecito de Riseholme no tienen desperdicio: la “reina Lucía” que
da título a la novela, el fiel y ambiguo amigo Georgie, la infatigable señora
Quantock… Son todos demenciales y divertidísimos.
LAS CARTAS DE PAPÁ NOEL. J.R.R. Tolkien
Este no es un libro corriente: es la
recopilación de las cartas de Tolkien escribió a sus hijos, mientras eran
pequeños, firmando como Papá Noel. Acompañadas de preciosos dibujos realizados
también por él, son una auténtica delicia para los lectores de cualquier edad.
EL GUARDAVIAS Y OTROS RELATOS DE FANTASMAS. Charles Dickens
Empecé y acabé el mes con Dickens,
aunque con dos libros muy diferentes. Si en el primero primaba el realismo y la
crítica social, aquí el tema es sobrenatural y los relatos se pueblan de
fantasmas de diferente pelaje. Desde los precursores de los espectros del “Cuento
de Navidad” hasta niños inquietantes, realmente no son sus apariciones lo mejor
de las historias, sino el ambiente que las rodea, lleno de espléndidas
descripciones que ganan de calle a las historias en sí, a veces un poco cojas.
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