Leer es un vicio solitario que se puede compartir.

Tengo otros pero suenan menos adecuados.

Notas de cata: A.S. Byatt, Harlan Coben, Audur Ava Olafsdòttir, Jane Austen, Elizabeth Gaskell, Wilkie Collins.

Este mes han tenido predominancia las lecturas escritas o ambientadas en la Inglaterra del siglo XIX, aunque también ha cabido la intriga policíaca y la extraña personalidad de un joven islandés amante de la jardinería.
Aquí está el resultado de la cata:

POSESION. A. S. Byatt

En un juego literario y metaliterario espléndidamente hilado, Byatt recrea la investigación sobre la vida y obra de dos escritores victorianos por parte de un grupo de estudiosos de la Inglaterra contemporánea. Se desenvuelve con brillantez en múltiples cambios de perspectivas, de voces e, incluso, de estilos y consigue dar verosimilitud a unos personajes absolutamente ficticios, gracias a la estupenda recreación de los ambientes, tanto en las partes históricas como en las actuales. Hay momentos en los que se duda de que los escritores recreados sean de verdad inventados. Por otro lado, el crudo retrato de las obsesiones de los eruditos que evidencian todas sus carencias de habilidades sociales, a veces rozando la misantropía, es muy bueno aunque resulta algo desalentador. Exhaustivo de principio a fin, leerlo requiere concentración para no perderse ningún detalle, ninguna pista, pero en resultado es enriquecedor de todo punto.
EL BOSQUE. Harlan Coben.
A priori, la trama no parece muy original: un crimen actual parece tener sus raíces en otro crimen del pasado que sale a la luz y trastoca las vidas de quienes tuvieron que ver con él. Sin embargo, me enganchó desde el principio. Tiene muy buen ritmo y el suspense te mantiene en vilo a pesar de que vayas sospechando lo que está por ocurrir, porque sabes que puede sorprenderte a pesar de todo. El tratamiento de los personajes también es bastante adecuado, en especial del protagonista, aunque a veces está en un tris de ser demasiado bueno (qué joyita de hombre, ¿no?). Incluso me he reído con los momentos que pasa con su hija y cuenta sus juegos repetitivos (la canción de Dora la Exploradora, "mochila, mochila...", o el juego escondite-pilla-pilla en la cama... es para comérselo). En fin, que merece la pena leerlo para pasar un buen rato.

ROSA CANDIDA. Audur Ava Olafsdòttir

De partida, el argumento me pareció atrayente: el protagonista, tras la muerte de su madre, decide marchar a un monasterio en el extranjero para devolver a un famoso jardín su antiguo esplendor, dejando atrás a su anciano padre, a su gemelo autista y a la pequeña Flora Sol, la hija que tuvo con una joven tras una sola noche. La sensación que se me quedó, una vez acabado el libro, es que el frío de la Islandia natal de la autora y los personajes domina el estilo. Como el paisaje de la isla, el lenguaje es parco y a veces seco. A ratos piensas que podría haber dado más y, cuando te paras a meditarlo, te das cuenta de que en realidad ha dado lo justo para que tú compongas el retrato global. Unas cuantas pinceladas y, al verlo desde cierto ángulo, aprecias el cuadro entero. Es cierto que me pareció tacaño en emociones pero ¿la prodigalidad en éstas no es algo que detesto cuando llenan páginas y páginas?  La verdad es que no he sacado conclusiones claras. Me ha gustado, no estoy segura de por qué, aunque no me ha fascinado. 

PERSUASION. Jane Austen
Esta historia de segundas oportunidades y de pasiones contenidas, pero no muertas, es la obra más madura y, por lo que a mí respecta, genial de Austen. Me encanta, como siempre, la ironía del tratamiento de los personajes y situaciones, sutil y al mismo tiempo acerada, en esta ocasión tamizada por la moderación de la edad. Incluso se atreve a poner en boca de Anne, la protagonista, un alegato sobre la posición de la mujer en la sociedad de la época, sus condiciones, posibilidades y actos en el marco en el que vivían. No me canso de leerla. ¡La adoro!

CONFESIONES DEL SEÑOR HARRISON / CRANFORD. Elizabeth Gaskell.
Estrechamente relacionadas ambientalmente pero diferentes en lo argumental, estas dos novelas cortas corresponden a dos tercios del volumen “Las crónicas de Cranford”.
La primera narra la llegada de un joven doctor a un pueblecito de la campiña inglesa y la manera en que los habitantes reaccionan a ello. Los rumores crecen a su alrededor mientras las mujeres lo contemplan como soltero elegible y se producen enredos, malentendidos y desventuras varias, por lo general humorísticas aunque también hay alguna más dramática. El tono es suavemente irónico y hay veces en que la sonrisa dura varias páginas seguidas. Resulta simpática y muy entretenida.
“Cranford” recrea el ambiente de la burguesía rural, igual que la anterior, pero es más redonda. Más que una novela es un conjunto de relatos cuidadosamente engarzados, una historia coral llena de personajes y anécdotas entrañables. Maneja la ironía sin caer en el sarcasmo, la sensibilidad sin rendirse a la sensiblería y, página tras página, va desarrollando las escenas con la precisión de una maquinaria de engranajes, haciéndote partícipe de los diversos hechos que se narran. Para mí ha sido una auténtica delicia.

EL JUEGO DEL ESCONDITE. Wilkie Collins
Es una de las primeras novelas de Collins y, desde mi punto de vista, una de sus obras menores. Se deja ver su talento narrativo pero delata, todavía, la falta de rodaje. El misterio de Madonna, la joven sordomuda adoptada por un pintor mediocre, y las calaveradas del joven Zack y su enigmático amigo Mat caen un tanto en lo folletinesco. El ritmo es un tanto irregular, demasiado lento en la primera parte y precipitado en la segunda, pero ofrece varias muestras de su brillantez a lo largo de toda la narración, con esos toques de ironía admirable y un afinado tratamiento de los personajes, especialmente en el caso del pintor y el intrigante Mat. Es un entretenido aperitivo para conocer a Collins y avanzar hacia sus mejores novelas.

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